LA NUEVA FORMULA PARA LA FELICIDAD:

¡Aprende a odiar – pero correctamente!
Recién entonces eres capaz der recibir y dar el amor verdadero.

Amor verdadero

Todos nosotros conocemos el anhelo profundo der ser amados incondicionalmente por el solo hecho de existir y porque somos tal como somos. Y todos conocemos el anhelo de encontrar a una persona que podamos amar sin intención y sin expectativas, sencillamente porque está presente.
Poder amar y ser amado, ¿no es eso la mayor felicidad?
Esa felicidad le quita importancia a todo lo demás que retenemos con tanta ansiedad: posesión. poder, consumo, drogas y sexo.
¿Por qué a muchos este amor verdadero les parece ser inalcanzable, ser una ilusión?

La crisis de la autodestrucción

La humanidad actualmente experimenta una orgia de odio y destrucción. Siglos de explotación y sometimiento de la naturaleza y de los hombres han ocasionado cada vez más hambre, pobreza y enfermedades. Existen los pocos superricos que tienen el poder y que creen poder aprovechar aún a la destrucción. En la ilusión de poder sobrevivir hasta en la destrucción se sienten superiores.

El amor verdadero en la naturaleza

En la naturaleza observamos como los animales cuidan a sus hijos con un esmero conmovedor y sin cuidarse ellos mismos. ¡Hasta alimentan a un hijo de cucú que momentos antes botó a sus propios hijos del nido!
Y no son pocas las personas que están tan decepcionadas de otras personas que mantienen a un pero o a un gato, esperando que esa sea la manera de conseguir el amor incondicional que tanto anhelan.
¿Acaso el humano no es parte de la naturaleza?
¿Acaso la naturaleza se olvidó de proveernos con las capacidades de amar y ser amados – incondicionalmente?

¡Ama a tu prójimo como a ti mismo!

Esta frase contiene una sabiduría profunda: recién al amarse a sí mismo, al considerarse digno de ser amado, recién entonces se puede recibir amor y corresponder con amor.
Pero únicamente enunciar esta sabiduría no logra nada. Son demasiado numerosos los invitados al amor.
En los afectados [En el texto se emplean la forma femenina o la masculina para facilitar la lectura fluida. (nota de la traductora)] estos llamamientos al amor tienen el efecto contrario: Ocasionan un sentimiento insulso, de volver a fracasar, y además de sentirse culpables por ello. Estos llamamientos al amor refuerzan el sentimiento profundo de ser indigno, de no merecer.
Tratamos de esconder ese sentimiento a los demás y también a nosotros mismos. Porque nos da verguenza.
Y estamos profundamente desilusionados, desencantados y resignados si reconocemos que nuestras relaciones no están determinadas por el amor incondicional recíproco.
Y si somos honestos, entonces vemos: Nuestra entrega al otro muchas veces se determina más por la tendencia de ser útil para el otro – es decir, dejarse ser utilizado por el otro – y de esa manera atarlo a uno. O utilizamos la tendencia del otro de dejarse utilizar para así utilizarlo para nosotros. Aunque a veces nos parece que eso es amor: Eso no es amor verdadero sino un amor condicionado que manipula al otro y lo hace dependiente.
Eso es como encargar la infelicidad para toda la vida.
Como médico del alma (Psiquiatra), durante 40 años tuve la oportunidad de estudiar las condiciones de la felicidad y de la infelicidad en mis clientes.
Hoy en la mañana, al despertar, me di cuenta de la “fórmula de la Felicidad”

¡Aprende a odiar – pero correctamente!
Recién entonces eres capaz der recibir y dar el amor verdadero.

Esa comprensión me causó a la vez susto y felicidad.
¡Hoy es mi día de felicidad!
Me siento regalado – y con mucho gusto paso este regalo a ustedes.
¡Así el día de hoy puede volverse día de la felicidad también para ustedes!
¡Eso es un motivo para celebrar! ¡Por ejemplo con un vaso de vino! Así que, ¡salud!
Esta fórmula aparenta ser provocadora, fuera de lugar – confundidora – pero también liberadora.
¡No son acaso esos los criterios para una fórmula para la felicidad!!!!
Para explicar cómo llegué a dar con esta formula de la felicidad, y qué es lo que entiendo bajo la misma tengo que extenderme un poco.

Desvalor propio…

En el trabajo con los clientes cada vez reconozco con mayor nitidez que ellos tienen un sentimiento, tempranamente adquirido, de no estar bien o de no tener valor. Esa falta de autovaloración parece ser la causa más profunda de todos sus problemas de estado (depresión, cansancio, confusión) y de su tendencia a relaciones de dependencia simbiótica.
Es más, los afectados muchas veces no se pueden imaginar tener un propio núcleo escencial de su ser, único e indestructible, es decir, independiente de logros o de reconocimientos por otros. Que tienen un valor interior, una dignidad innata por el solo hecho de existir por ser tal como son. Como un regalo de la naturaleza – imperdible e indestructible.

“Así como una rosa tiene su dignidad por el solo hecho de EXISTIR”

La desvaloración de si mismo …es aprendida

En el trabajo con los clientes observo regularmente: Este potencial innato del núcleo del propio ser – lo denominamos el verdadero ser – debe ser despertado mediante el amor incondicional de uno de los dos padres.
Y justamente eso es el problema.
Porque en nuestra sociedad son muchos los padres que no están conectados con su verdadero ser. Ya sea debido a un trauma de guerra de las ultimas generaciones pasadas, ya sea debido a nuestra educación orientada hacia logros y reconocimiento externo. De manera que ellos no podían desarrollar la conciencia del núcleo de su propio ser, de su propia dignidad.
Por esa razón tampoco podían percibir el núcleo del ser ni la dignidad de su hijo. Tampoco podían percibir los “gestos espontáneos” de su hijo – las expresiones de su verdadero ser – y reaccionar a ello de manera amorosa. Así como aprendieron ellos a suprimir su propia espontaneidad y vivacidad, así pensaron tener que reprimir en su hijo la espontaneidad y la vivacidad, tal vez por la ilusión de que así lograrían que su hijo sea apto para la “seriedad de la vida”.

La devaluación de si mismo y el odio a si mismo como programa de sobrevivencia

El niño es indefenso y depende totalmente del cuidado y la atención de esos padres. Normalmente no cuenta con otras personas de referencia. Por eso tiene que adaptarse a esa realidad. Para protegerse de la devaluación por esos padres aprende a reprimir a su verdadero ser, a sus sentimientos espontáneos y a sus necesidades. Para poder sobrevivir desarrolla un ser “falso” un ser de sobrevivencia. Este está perfectamente ajustado a esos padres, a sus expectativas y valores, a su “falso” ser, es decir a sus confusiones originados por sus traumas.
El programa de sobrevivencia construido de ese modo tiene dos aspectos: El aspecto de la devaluación propia y de la auto-negación y pierde la conexión con las propias necesidades y sentimientos.
A la vez, el niño trata de responder a las expectativas sobre exigentes de los padres y desarrolla un ser de sobrevivencia mágico-grandioso. Como ya no puede orientarse en sus propias necesidades y sentimientos, requiere otra orientación: Las necesidades de los padres.
Si bien eso le da la ilusión de ser valioso para otros (un sentimiento de auto valoración excéntrico, por logros), pero como solo puede fracasar con esta sobre exigencia mágica-grandiosa a si mismo, a la vez se siente fracasado y culpable.
Esto refuerza la tendencia a la auto devaluación.

La “bomba de ira”

El niño no se atreve a dirigir su ira sana originada por la devaluación, heridas y sobre exigencias de parte de los padres a la causa: el falso ser de los padres. Tácticamente eso es inteligente, ya que podría ser mortalmente peligroso, por ejemplo, criticar a un padre iracundo. De manera que dirige la devaluación, la ira y el odio contra si mismo.
De esa ira, reprimida durante años, se origina lo que nosotros denominamos una “bomba de ira”.
Esa “bomba” tiene la particularidad de poder “explotar “en conflictos banales, pudiéndose herir así a personas inocentes. Generalmente, éstas son las más cercanas: la pareja o un hijo.
En las personas más sensibles eso refuerza una tendencia a sentimientos de culpa, de devaluación de si mismo y de odio a si mismo.
A las personas menos sensibles les parece “normal” deshacerse de sus tensiones a costa de otros. Es una forma específica de “abuso emocional”. A veces hasta buscan la pelea con desconocidos para desactivar a su “bomba”.
Esa es la causa decisiva de la auto devaluación y el auto odio.

Auto odio y la pérdida de la capacidad de recibir y dar amor

Si a una persona afectada – de manera inesperada – le es entregado amor verdadero, la auto devaluación y el auto odio le impiden recibir el amor de otra persona. Al contrario, se vuelve susceptible. Por la ausencia de un sentimiento de auto valoración se martiriza con preocupaciones: ¿Acaso merezco der amado? ¿Bajo estas circunstancias, acaso el amor de la otra persona puede ser verdadero?
Así justamente el amor inesperado de otra persona puede despertar a la terrible sospecha de haber sido engañado y traicionado nuevamente.
Entonces, – otra vez – tiene que hacer la experiencia de „morir de hambre frente a la mesa servida”.
Eso para él es doloroso – y también para el otro cuyo amor no lo pudo alcanzar.
A así ambos pierden la felicidad de intercambiar el amor verdadero mutuo.

El vínculo por poder y dependencia

Una vinculación por amor mutuo incondicional no es posible para los implicados.
Para aún no prescindir de la cercanía hacia otra persona, algunos implicados utilizarán las estrategias tempranamente aprendidas, o más bien las estrategias de sobrevivencias tomadas de sus padres.
Demuestran amar a al otro con una amabilidad no auténtica, con regalos y promesas. Pero ese amor está condicionado a las expectativas de que el otro se comporte según su idea. Entonces ese “amor” no es incondicional sino manipulativa. Ese amor no le deja su libertad al otro – debido a que le tiene una desconfianza fundamental – sino que intenta forzar el vínculo del otro. Como el afectado no se ama a si mismo, tampoco puede confiar en el amor del otro – y por lo tanto tampoco al vínculo con éste. Por eso el afectado intenta hacerlo dependiente mediante un pseudo amor.
Una dinámica así la encontramos en relaciones malignas, tóxicas.
Es como una suscripción a la infelicidad de por vida.
La pareja en esta relación muchas veces se experimenta a si mismo como una víctima impotente – de forma injusta. Recién cuando reconoce que por sus antiguas estrategias de sobrevivencia ella misma es partícipe de este convenio toxico– ella misma se ofrece a ser utilizada – entonces puede lograr salir del rol de víctima, y también así de esta relación.

Recordemos a la nueva formula de felicidad

¡Aprende a odiar – pero correctamente!
Recién entonces eres capaz de recibir y dar amor verdadero

Descargar al odio en la “dirección correcta”

En una constelación de traumas, el cliente puede constelar símbolos para si mismo y los dos componentes de si mismo (Foco y el ser infantil-vital) y para los padres involucrados, por ejemplo, al padre, a su ser verdadero y a su ser falso.
Si así puede reconocer que sus heridas no provienen en del núcleo sano, verdadero, del padre, si no que provienen de su falso ser (causado por sus propios traumas), entonces por fin puede descargar su “odio sano” en la dirección correcta.
Entonces puede sacar a ese falso ser de su espacio y puede despreciarlo verbalmente sin tener mala conciencia – hacer lo que hasta ese momento pensaba que tenía que reprimir y por lo tanto lo dirigió contra si mismo: “¡Imbécil! ¡Te odio! ¡Desaparece!”
De esa manera, sin hacer daño a nadie desactiva a su “bomba de ira” que lo acompañó hasta ese momento. ¡Y sin sentimientos de culpa!
Eso tiene un efecto aliviador y muy liberador.

Y eso actúa de manera muy aliviadora para los allegados que hasta el momento – sin saberlo e inocentemente – fueron la meta de los arrebatos de ira.

Abrir el propio corazón al amor verdadero…

Después de haber eliminado lo toxico de su espacio propio, ella coloca un dedo sobre el símbolo del verdadero ser del padre – el núcleo del ser sano de un padre que no está traumatizado – y puede sentir que éste se alegra de tener una hija/hijo tan maravillosa/o, y que lo siente mucho por lo que pasó en aquel tiempo.

Si además toma consciencia que ahí se encuentra amor incondicionalmente para ella – aunque el padre traumatizado nunca o casi nunca se lo pudo mostrar – entonces, con mucho cuidado, puede abrir su corazón a ese amor verdadero.

Reconocer a su propio valor…

Y si ahora siente ese amor verdadero – aquel que siempre había deseado tanto, entonces también puede sentir a su propio núcleo del ser. ¡Se hace consciente que ella posee un verdadero serm y que “es digna de ser amada por el solo hecho de existir”!
Si ahora se “identifica” con ese ser recién descubierto, entonces también puede sentir cómo también cambia su auto valor. Ahora lo que logra, o qué es lo que otros piensan de ella, ya no es importante. De eso ahora puede liberarse paso a paso – ya que conoció a su valor (intrínseco), a su dignidad innata.

¡Poder recibir – y dar – amor verdadero!

Conectada así con su verdadero ser – digno de ser amado – puede recibir el amor de otros de una forma totalmente distinta.
Hasta ahora la falta de auto valor lo impidió: ¿Acaso yo soy digna de ser amada? ¿Acaso bajo estas circunstancias el amor del otro puede ser verdadero?
Conectada ahora con su propio verdadero ser ya no tiene que “morir de hambre en la mesa puesta”. Puede tomar el amor del otro en toda su plenitud hasta estar satisfecha. ¡Ahora ella sabe que se lo merece!
Y como ahora siente esa plenitud interior, a su vez puede regalar ese amor verdadero a las personas que ama – sin intención y sin expectativas. Solo porque ellos son como son.
Esa experiencia del amor mutuo incondicional es la mayor felicidad.
Por lo tanto, la fórmula del amor, descubierta nuevamente, es:

¡Aprende a odiar – pero correctamente!
Recién entonces eres capaz der recibir y dar el amor verdadero.

Ero Langlotz
Munich, 12 de Junio de 2022